¿Tienes algún propósito en mente que te gustaría conseguir?
¿Alguno tiene relación con la salud?
<< El Lunes dejo de fumar >>
<< Voy a intentar comer más fruta >>
<< El mes que viene me apunto al gimnasio >>
<< Llevaré una botella siempre conmigo para beber más agua >>
<< Voy a empezar a acostarme más temprano >>
<< Probaré, antes de decir que algo no me gusta >>
<< Subiré por las escaleras, en vez de por el ascensor >>
<< Voy a dejar de comer bollería en la merienda >>
¿Te has planteado alguno? Puede ser que tu respuesta sea “sí”, incluso que hayas esbozado una tímida sonrisa mientras leías alguno de ellos.
Aprovechar el momento de motivación para empezar a hacer pequeños cambios puede ser de gran ayuda.
Cuando empezamos una nueva actividad solemos poner todo nuestro empeño para conseguir hacerla lo mejor posible y superarnos a nosotros mismos. Sin embargo, muchas veces, con el transcurso del tiempo, la desmotivación y la pereza se apoderan de nosotros, consiguiendo incluso que abandonemos aquello que en un principio empezamos con tantas ganas.
Es imprescindible que disfrutes a la hora de realizar cualquier actividad, especialmente si se trata de un proceso largo y que supone un cambio en tu rutina, como es el caso de la alimentación, para así evitar caer en la monotonía y el aburrimiento.
Plantearte objetivos que puedas alcanzar a corto plazo es una herramienta útil que facilitará instaurar un hábito, pues te permite mantener un estado de motivación continuo y de confianza en ti mismo, al ver que estás alcanzando aquello que deseas para tu bienestar.
Esto que, de primeras, puede parecer sencillo, en la práctica muchas veces se nos atraganta. Los motivos pueden ser muy diversos:
- Objetivos poco realistas, no adaptados a ti y a tus circunstancias
- Enfocarse en la meta a largo plazo
- Información basada en mitos
- …
Contar con alguien que te acompañe y te guíe durante el proceso, ayudándote en el planteamiento positivo de los objetivos, proporcionándote herramientas y estrategias, dándote ideas y recursos… puede ser un apoyo importante a la hora de mejorar tus HÁBITOS ALIMENTARIOS.
La alimentación forma parte de nuestro día a día, comemos y realizamos actividades relacionadas con la comida varias veces al día, por dicho motivo, es importante mantener una relación sana y consciente con ella. Para conseguirlo es fundamental que busques alternativas que se adapten a ti, teniendo en cuenta:
TUS gustos y aversiones, horario laboral, habilidades culinarias, vida social, estado emocional, situación económica, …y muy importante también, TUS motivaciones y estímulos.
Te proponemos algunos cambios que podrías poner en práctica en tu proceso de mejora de hábitos relacionados con la alimentación:
- Incluir verduras y hortalizas en tus platos de comida y cena: espaguetis salteados con brócoli y dados de pollo al curry, hummus con palitos de zanahoria, pimiento rojo y calabacín, …
- Mejorar tu consumo de fruta tratando de incluir 3 raciones al día mínimo: yogur natural con arándanos y nueces, tostada de plátano y canela, …
- Analizar el consumo de productos procesados de tu día a día para valorar en que medida podrías reducirlo: sustituir cereales azucarados por opciones saludables (copos de maíz, arroz integral inflado, …), barrita energética a media mañana por frutos secos y fruta, embutido para cenar por sardinillas en conserva, queso fresco, tortilla francesa, …
Esperamos que esta lectura pueda suponer una inyección de motivación para que alcances tus objetivos o, en caso de no tenerlos, despierte en ti las ganas de cambiar y mejorar para un mayor bienestar.
Muchas gracias por estar ahí!!
Post escrito con todo el cariño por el equipo de nutrición: Esther González, Alba González y Adriana Fernández.
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